Una Casa de Paz, o CDP, sirve como un faro de fe y compañerismo en su vecindario. Es un santuario donde los miembros de la comunidad se reúnen semanalmente para apoyarse unos a otros a través de la oración, profundizar en las enseñanzas de Dios y fomentar el crecimiento personal en su caminar cristiano. Reflejando la unción vibrante, el poder sobrenatural y la presencia divina que se siente dentro de los muros de nuestra iglesia, los CDP ofrecen una experiencia espiritual igualmente profunda. Abiertas a todos (vecinos, familiares y amigos), estas reuniones tienen como objetivo difundir el gozo y la profundidad del evangelio.
El concepto de Casa de Paz está profundamente arraigado en las enseñanzas y acciones del mismo Jesucristo. Él inició esta sagrada tradición al traer paz a cada hogar que visitaba, como se relata en Lucas 10:5-6: “Pero en cualquier casa en la que entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si hay allí un hijo de paz, en él reposará vuestra paz; si no, te regresará”.
Esta práctica fue adoptada y continuada con celo por los apóstoles, quienes predicaron y enseñaron en hogares de todo el mundo, compartiendo el mensaje de Jesús el Cristo (Hechos 5:42). Siguiendo estos pasos sagrados, nuestras Casas de Paz hoy son fundamentales para nuestra misión, creando una red de hogares llenos de fe donde miles se reúnen cada semana para celebrar y crecer en Cristo.
Unirse a una Casa de Paz significa convertirse en parte de una familia donde se satisfacen sus necesidades espirituales, se fortalece su fe y se profundiza su relación con Dios. Ya sea que esté buscando oración, compañerismo o una comprensión más profunda de la Biblia, los HOP brindan un ambiente acogedor para explorar y experimentar el amor de Dios.